Cuando una compaƱĆa quiere adquirir un bien, debe saber cĆ³mo enfrentar las amenazas de mercado, de liquidez, crediticias, operacionales y le...
Cuando una compaƱĆa quiere adquirir un bien, debe saber cĆ³mo enfrentar las amenazas de mercado, de liquidez, crediticias, operacionales y legales.
Cuando la empresa estĆ” pensando en adquirir un activo relevante, debe considerar al menos cinco tipos de riesgo que pueden transformar su decisiĆ³n en una portentosa jaqueca.
El comprador debe saber cĆ³mo evaluar los riesgos de mercado, liquidez, operacionales, de crĆ©dito y legales, y la conexiĆ³n que existe entre unos y otros.
El primer riesgo o potencial amenaza es el de mercado y surge por las posibles fluctuaciones en los precios de los activos que se pretenden adquirir. Este riesgo es probablemente el mĆ”s inmanejable y comĆŗn a todas las empresas, y tambiĆ©n sobre el que mĆ”s se ha discutido.
En la medida de lo posible, las empresas deben indagar cuĆ”nto puede variar el precio de los activos que pretenden adquirir. Mientras mĆ”s volĆ”tiles sean, mĆ”s deben preocuparse. Por ejemplo, una empresa cuyo patrimonio depende mucho de una moneda volĆ”til -como los importadores y exportadores- actĆŗa arriesgadamente si no posee cobertura cambiaria.
Precisamente, los inestables valores en el tipo de cambio y la volatilidad de las tasas de interĆ©s son dos variables de mercado con profundos impactos en las empresas. A menos que se posea un monopolio natural tarificado (ajeno a la competencia), como podrĆan ser los servicios bĆ”sicos (telefonĆa, agua, electricidad, gas), es bueno anticipar estos riesgos.
Las principales armas para defenderse en este caso son los instrumentos derivados, como forwards y futuros para cubrirse cuando el precio de lo que se compra es muy influido por el dĆ³lar, y swaps para mitigar los cambios en los precios producto de las tasas de interĆ©s.
Ćntimamente ligado al riesgo de mercado estĆ” el de la liquidez, que se debe calcular ante la adquisiciĆ³n de activos de los que no se sabe cuĆ”n factible serĆ” venderlos despuĆ©s. Esto es tĆpico de activos cuyo mercado es poco profundo, como las acciones y bonos de empresas que se transan poco en la Bolsa o bienes raĆces difĆciles de vender debido a factores como su ubicaciĆ³n o cercanĆa a medios de transporte.
TambiĆ©n es un riesgo caracterĆstico de las compaƱĆas que adquieren maquinaria que por su especificidad es difĆcil de vender. En estos casos el precio del activo es castigado, y no conviene que la empresa los adquiera si puede necesitar venderlos prĆ³ximamente.
Una buena estrategia en estos casos consiste en externalizar el uso de activos de dudosa liquidez, o buscar los indicadores de mercado que revelen esta variable (es mĆ”s fĆ”cil en activos financieros que en los fĆsicos, como la "presencia bursĆ”til").
Potencialmente, el riesgo de liquidez puede extenderse hasta los activos mƔs apetecidos. Por ejemplo, tratar de vender un auto en plena guerra civil. Ante tales imponderables, una buena estrategia consiste en hacer provisiones.
Pero mientras en algunos casos se debe intentar prever la dificultad que tendrƔ vender los activos que se pretende adquirir, cuando lo que se anhela comprar es deuda (como los bonos) existe el riesgo de que los deudores no paguen. Este es el riesgo de crƩdito.
Desde esta perspectiva, se debe estar atento a no desembolsar en los bonos de empresas y paĆses cuya capacidad de pago pueda ser comprometedora. Para esto existen las empresas clasificadoras de riesgo, que tasan la capacidad de pago de los emisores.
El riesgo de crƩdito es propio de su rubro y se da cuando, por ejemplo, un activo de renta fija no paga lo que dice que va a pagar en la fecha anunciada. "Es muy problemƔtico cuando los activos estƔn calzando flujos de pasivos".
Entre los riesgos menos considerados cuando se quiere comprar un bien o servicio -pero no por ello menos daƱinos-, se pueden considerar los operacionales y los legales.
Los riesgos operacionales se relacionan con la posibilidad de que las actividades propias del activo adquirido no sigan su curso normal, como que se eche a perder la mĆ”quina reciĆ©n adquirida o que la gestiĆ³n de un gerente nuevo genere costos para la compaƱĆa.
Es bueno que las compaƱĆas consideren los seguros que pueden protegerla ante estas contingencias. De todas formas, es casi imposible (y, de ser posible, costosĆsimo) que las empresas cubran todas los riesgos operacionales, por lo que los expertos sugieren concentrarse en los mĆ”s relevantes.
Finalmente, los riesgos legales proceden de la posibilidad de que cuando se adquiera un activo, la contraparte no cumpla con el contrato.
Ni siquiera los paĆses estĆ”n libres de irrespetar los acuerdos legales. Para remediar esta amenaza es bueno saber quiĆ©n se tiene al frente y contar con la asesorĆa legal adecuada. Pero el mejor disuasivo para estos casos es que el contrato encarezca el incumplimiento de la contraparte, obligĆ”ndola, por ejemplo, a pagar indemnizaciones en caso de violar los tĆ©rminos acordados.
Los cinco riesgos mencionados deben ser analizados desde la empresa usando una Ć³ptica multidimensional, de tal manera de no sobredimensionar la preponderancia de una variable sobre otra, o desconocer la existencia de las amenazas. Una reacciĆ³n a posteriori, cuando ya se tiene los pies en el fango, puede ser muy tarde.
Aunque no es un riesgo tan comĆŗn, las variables climĆ”ticas como la lluvia o la nieve constituyen un riesgo de mercado que incide sobre los activos que compran algunas compaƱĆas. Por ejemplo, una tienda que vende productos para esquiar corre el riesgo de una mala temporada cuando adquiere bienes.
Por ejemplo, cuando una compaƱia vendedora de gas compra gas, debe proyectar la demanda; pero si llueve, serĆ” mayor porque se usarĆ” mĆ”s la calefacciĆ³n. Aunque esta variable no tiene mucha relevancia para la empresa, en la prĆ”ctica es difĆcil diversificar los riesgos cuando variables como el clima estĆ”n de por medio.
Cuando la empresa estĆ” pensando en adquirir un activo relevante, debe considerar al menos cinco tipos de riesgo que pueden transformar su decisiĆ³n en una portentosa jaqueca.
El comprador debe saber cĆ³mo evaluar los riesgos de mercado, liquidez, operacionales, de crĆ©dito y legales, y la conexiĆ³n que existe entre unos y otros.
El primer riesgo o potencial amenaza es el de mercado y surge por las posibles fluctuaciones en los precios de los activos que se pretenden adquirir. Este riesgo es probablemente el mĆ”s inmanejable y comĆŗn a todas las empresas, y tambiĆ©n sobre el que mĆ”s se ha discutido.
En la medida de lo posible, las empresas deben indagar cuĆ”nto puede variar el precio de los activos que pretenden adquirir. Mientras mĆ”s volĆ”tiles sean, mĆ”s deben preocuparse. Por ejemplo, una empresa cuyo patrimonio depende mucho de una moneda volĆ”til -como los importadores y exportadores- actĆŗa arriesgadamente si no posee cobertura cambiaria.
Precisamente, los inestables valores en el tipo de cambio y la volatilidad de las tasas de interĆ©s son dos variables de mercado con profundos impactos en las empresas. A menos que se posea un monopolio natural tarificado (ajeno a la competencia), como podrĆan ser los servicios bĆ”sicos (telefonĆa, agua, electricidad, gas), es bueno anticipar estos riesgos.
CĆ³mo defenderse
Las principales armas para defenderse en este caso son los instrumentos derivados, como forwards y futuros para cubrirse cuando el precio de lo que se compra es muy influido por el dĆ³lar, y swaps para mitigar los cambios en los precios producto de las tasas de interĆ©s.
Ćntimamente ligado al riesgo de mercado estĆ” el de la liquidez, que se debe calcular ante la adquisiciĆ³n de activos de los que no se sabe cuĆ”n factible serĆ” venderlos despuĆ©s. Esto es tĆpico de activos cuyo mercado es poco profundo, como las acciones y bonos de empresas que se transan poco en la Bolsa o bienes raĆces difĆciles de vender debido a factores como su ubicaciĆ³n o cercanĆa a medios de transporte.
TambiĆ©n es un riesgo caracterĆstico de las compaƱĆas que adquieren maquinaria que por su especificidad es difĆcil de vender. En estos casos el precio del activo es castigado, y no conviene que la empresa los adquiera si puede necesitar venderlos prĆ³ximamente.
Una buena estrategia en estos casos consiste en externalizar el uso de activos de dudosa liquidez, o buscar los indicadores de mercado que revelen esta variable (es mĆ”s fĆ”cil en activos financieros que en los fĆsicos, como la "presencia bursĆ”til").
Potencialmente, el riesgo de liquidez puede extenderse hasta los activos mƔs apetecidos. Por ejemplo, tratar de vender un auto en plena guerra civil. Ante tales imponderables, una buena estrategia consiste en hacer provisiones.
Pero mientras en algunos casos se debe intentar prever la dificultad que tendrƔ vender los activos que se pretende adquirir, cuando lo que se anhela comprar es deuda (como los bonos) existe el riesgo de que los deudores no paguen. Este es el riesgo de crƩdito.
Desde esta perspectiva, se debe estar atento a no desembolsar en los bonos de empresas y paĆses cuya capacidad de pago pueda ser comprometedora. Para esto existen las empresas clasificadoras de riesgo, que tasan la capacidad de pago de los emisores.
El riesgo de crƩdito es propio de su rubro y se da cuando, por ejemplo, un activo de renta fija no paga lo que dice que va a pagar en la fecha anunciada. "Es muy problemƔtico cuando los activos estƔn calzando flujos de pasivos".
Desde la sombra
Entre los riesgos menos considerados cuando se quiere comprar un bien o servicio -pero no por ello menos daƱinos-, se pueden considerar los operacionales y los legales.
Los riesgos operacionales se relacionan con la posibilidad de que las actividades propias del activo adquirido no sigan su curso normal, como que se eche a perder la mĆ”quina reciĆ©n adquirida o que la gestiĆ³n de un gerente nuevo genere costos para la compaƱĆa.
Es bueno que las compaƱĆas consideren los seguros que pueden protegerla ante estas contingencias. De todas formas, es casi imposible (y, de ser posible, costosĆsimo) que las empresas cubran todas los riesgos operacionales, por lo que los expertos sugieren concentrarse en los mĆ”s relevantes.
Finalmente, los riesgos legales proceden de la posibilidad de que cuando se adquiera un activo, la contraparte no cumpla con el contrato.
Ni siquiera los paĆses estĆ”n libres de irrespetar los acuerdos legales. Para remediar esta amenaza es bueno saber quiĆ©n se tiene al frente y contar con la asesorĆa legal adecuada. Pero el mejor disuasivo para estos casos es que el contrato encarezca el incumplimiento de la contraparte, obligĆ”ndola, por ejemplo, a pagar indemnizaciones en caso de violar los tĆ©rminos acordados.
Los cinco riesgos mencionados deben ser analizados desde la empresa usando una Ć³ptica multidimensional, de tal manera de no sobredimensionar la preponderancia de una variable sobre otra, o desconocer la existencia de las amenazas. Una reacciĆ³n a posteriori, cuando ya se tiene los pies en el fango, puede ser muy tarde.
¿IrĆ” a llover?
Aunque no es un riesgo tan comĆŗn, las variables climĆ”ticas como la lluvia o la nieve constituyen un riesgo de mercado que incide sobre los activos que compran algunas compaƱĆas. Por ejemplo, una tienda que vende productos para esquiar corre el riesgo de una mala temporada cuando adquiere bienes.
Por ejemplo, cuando una compaƱia vendedora de gas compra gas, debe proyectar la demanda; pero si llueve, serĆ” mayor porque se usarĆ” mĆ”s la calefacciĆ³n. Aunque esta variable no tiene mucha relevancia para la empresa, en la prĆ”ctica es difĆcil diversificar los riesgos cuando variables como el clima estĆ”n de por medio.
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