¿Es preciso ser un líder carismático y con un don natural para estimular a sus empleados a trabajar a todo vapor? Los empleados verdaderame...
¿Es preciso ser un líder carismático y con un don natural para estimular a sus empleados a trabajar a todo vapor? Los empleados verdaderamente motivados trabajarán así para usted, al margen de su encanto personal. Lo malo es que, cuando no están motivados, usted pierde dinero.
El precio que usted pagará será alto. Cerca de 30% de la energía potencial de un empleado sin motivación quedará en el tapete, desaprovechado, asegura John Thompson, director de Human Factors, Inc., una empresa consultora en California, que se especializa en ayudar a los empresarios a aprovechar la energía de los empleados.
Dicho en pocas palabras, si los empleados no tienen estímulo, reinará la complacencia, la baja moral y la desmotivación, dice Ramón Aldag, director del departamento de administración y recursos humanos en la Universidad de Wisconsin.
Muchos dueños de empresas conocen el costo que representa la apatía de un empleado, pero creen que no tienen el carisma para capitalizar esa actitud. ¡No se preocupe! El carisma es una idea anticuada de liderazgo motivacional, afirma Don Maruska, asesor en administración en California. De hecho, el carisma puede ser un obstáculo para crear una gran empresa porque muchas veces los líderes carismáticos acababan con la creatividad de todos los demás.
Trate de comunicar sus objetivos de manera que ellos los entiendan. Muchos jefes fallan precisamente en esto. En términos generales, casi todos los empresarios conocen el objetivo de su compañía; pero cuando hay que ponerlo en palabras, se les traba la lengua. Hable con el corazón; eso es lo que estimula a la gente, aconseja Cindy Lindsay, directora del programa de psicología organizacional en The California School of Professional Psychology de Los Angeles.
Una vez que haya logrado transmitir el mensaje, es tiempo de actuar. El estímulo será la pauta. No se trata de enarbolar objetivos excelsos y luego actuar sin tomarlos en cuenta. Es necesario que sus acciones denoten sus objetivos. La mejor manera de impulsar a sus empleados es mostrarles que usted toma con seriedad sus valores. El espíritu es contagioso. Tome esas medidas y estará bien encaminado hacia el logro de una fuerza de trabajo motivada, y empezará a notar la diferencia.
Otra clave para motivar a los empleados es la flexibilidad y, en este sentido, la autonomía en el trabajo es el factor central para estimularlos. ¿Cometerán algunos errores sus empleados cuando ellos mismos determinen cómo se hace el trabajo? Posiblemente, pero la administración motivacional pasará por alto los errores de buena fe cuando un empleado esté tratando de innovar por el bien de la compañía. "Valore la creatividad del empleado, luego señale maneras más adecuadas de realizar el trabajo''.
Anímese a ir todavía más allá: no haga énfasis en cada una de las faltas del empleado. Pero no se quede nada más en sus errores, construya a partir de sus aciertos, afirma Gerald Graham, director administrativo de The Barton School of Business, en Kansas. "He visto casos en que los empleados que fueron despedidos por otras compañías fueron contratados después por líderes empresariales que los transformaron en verdaderos triunfadores. Se genera una lealtad impresionante.
Obviamente, tiene que poner un límite a los errores que cuestan dinero a la compañía. Pero no haga mucho escándalo con los pequeños errores, si el trabajo básico de la persona que contrató para ello está bien hecho", comenta Graham. Subrayar los aciertos es uno de los secretos del liderazgo motivacional.
Una última clave para motivar a los empleados es dejar que los demás opinen. Muchos empresarios se aferran a su punto de vista e ignoran el de su personal. Esto apaga el entusiasmo de un empleado.
Dar cabida a la validez de la opinión de los empleados respecto al funcionamiento de la empresa no sólo elevará desmesuradamente la motivación, sino evitará que la perspectiva de la compañía se estanque; tendrá modificaciones constantes gracias a las nuevas ideas.
Tal vez esto suene a que usted tiene mucho que hacer, y de hecho sí; el dueño de un negocio lleva la mayor carga en la fase inicial de una campaña para elevar los niveles de motivación. Pero no por demasiado tiempo. Los enfoques motivacionales modernos sostienen que en tanto es decisión de usted encender la flama en los trabajadores, también puede hacerse a un lado y dejarlos que se mantengan estimulados.
El nuevo paradigma es cambiar de prioridad: del líder motivado a la organización motivada, y el papel que debe jugar el líder es crear las condiciones para que el personal defina qué es lo más importante en su trabajo y con ello descubra qué le estimula a hacerlo mejo.
Reúna al grupo de trabajo, y dele unas hojas de papel; pídale que escriba lo que más desea y sus aspiraciones personales y para la empresa (una aspiración por hoja). Luego pídales que las intercambien y que lean en voz alta la pregunta: ¿por qué es importante para tí trabajar en esta empresa?.
Cuando la gente pone en orden sus respuestas a esa sencilla pregunta, sucede algo mágico. He visto los resultados con altos ejecutivos y con conserjes. La gente realmente tiene claridad de que al trabajar aquí, en su compañía, puede lograr sus aspiraciones personales y eso los motiva.
Es cierto que los empleados desean estar motivados en su trabajo y, cuando lo están, trabajan mejor, más arduamente y con más inteligencia. Para obtener esa energía, sólo ayude a sus empleados a ver con más claridad por qué están trabajando para usted. Cuando lo averigüen, se motivarán a sí mismos.
El precio que usted pagará será alto. Cerca de 30% de la energía potencial de un empleado sin motivación quedará en el tapete, desaprovechado, asegura John Thompson, director de Human Factors, Inc., una empresa consultora en California, que se especializa en ayudar a los empresarios a aprovechar la energía de los empleados.
Dicho en pocas palabras, si los empleados no tienen estímulo, reinará la complacencia, la baja moral y la desmotivación, dice Ramón Aldag, director del departamento de administración y recursos humanos en la Universidad de Wisconsin.
Muchos dueños de empresas conocen el costo que representa la apatía de un empleado, pero creen que no tienen el carisma para capitalizar esa actitud. ¡No se preocupe! El carisma es una idea anticuada de liderazgo motivacional, afirma Don Maruska, asesor en administración en California. De hecho, el carisma puede ser un obstáculo para crear una gran empresa porque muchas veces los líderes carismáticos acababan con la creatividad de todos los demás.
Agarre el ritmo
Si no es carismático, ¿entonces cómo se capitaliza la fuerza de trabajo? Primero comunique a sus empleados el objetivo de la empresa. Los empleados ansían realizar un trabajo que tenga sentido; desean que su esfuerzo sea el que marque la diferencia. Cuando ellos conocen el objetivo de la empresa, pondrán toda su energía en juego.Trate de comunicar sus objetivos de manera que ellos los entiendan. Muchos jefes fallan precisamente en esto. En términos generales, casi todos los empresarios conocen el objetivo de su compañía; pero cuando hay que ponerlo en palabras, se les traba la lengua. Hable con el corazón; eso es lo que estimula a la gente, aconseja Cindy Lindsay, directora del programa de psicología organizacional en The California School of Professional Psychology de Los Angeles.
Una vez que haya logrado transmitir el mensaje, es tiempo de actuar. El estímulo será la pauta. No se trata de enarbolar objetivos excelsos y luego actuar sin tomarlos en cuenta. Es necesario que sus acciones denoten sus objetivos. La mejor manera de impulsar a sus empleados es mostrarles que usted toma con seriedad sus valores. El espíritu es contagioso. Tome esas medidas y estará bien encaminado hacia el logro de una fuerza de trabajo motivada, y empezará a notar la diferencia.
Sáltese las Barreras: Cambie de Paradigma
Aunque el comienzo sea sólido, todavía quedan pasos por hacer para que sus empleados se mantengan trabajando en niveles máximos. Fije estándares altos, pero manténgase optimista y apoye sus esfuerzos.Otra clave para motivar a los empleados es la flexibilidad y, en este sentido, la autonomía en el trabajo es el factor central para estimularlos. ¿Cometerán algunos errores sus empleados cuando ellos mismos determinen cómo se hace el trabajo? Posiblemente, pero la administración motivacional pasará por alto los errores de buena fe cuando un empleado esté tratando de innovar por el bien de la compañía. "Valore la creatividad del empleado, luego señale maneras más adecuadas de realizar el trabajo''.
Anímese a ir todavía más allá: no haga énfasis en cada una de las faltas del empleado. Pero no se quede nada más en sus errores, construya a partir de sus aciertos, afirma Gerald Graham, director administrativo de The Barton School of Business, en Kansas. "He visto casos en que los empleados que fueron despedidos por otras compañías fueron contratados después por líderes empresariales que los transformaron en verdaderos triunfadores. Se genera una lealtad impresionante.
Obviamente, tiene que poner un límite a los errores que cuestan dinero a la compañía. Pero no haga mucho escándalo con los pequeños errores, si el trabajo básico de la persona que contrató para ello está bien hecho", comenta Graham. Subrayar los aciertos es uno de los secretos del liderazgo motivacional.
Una última clave para motivar a los empleados es dejar que los demás opinen. Muchos empresarios se aferran a su punto de vista e ignoran el de su personal. Esto apaga el entusiasmo de un empleado.
Dar cabida a la validez de la opinión de los empleados respecto al funcionamiento de la empresa no sólo elevará desmesuradamente la motivación, sino evitará que la perspectiva de la compañía se estanque; tendrá modificaciones constantes gracias a las nuevas ideas.
Tal vez esto suene a que usted tiene mucho que hacer, y de hecho sí; el dueño de un negocio lleva la mayor carga en la fase inicial de una campaña para elevar los niveles de motivación. Pero no por demasiado tiempo. Los enfoques motivacionales modernos sostienen que en tanto es decisión de usted encender la flama en los trabajadores, también puede hacerse a un lado y dejarlos que se mantengan estimulados.
El nuevo paradigma es cambiar de prioridad: del líder motivado a la organización motivada, y el papel que debe jugar el líder es crear las condiciones para que el personal defina qué es lo más importante en su trabajo y con ello descubra qué le estimula a hacerlo mejo.
Reúna al grupo de trabajo, y dele unas hojas de papel; pídale que escriba lo que más desea y sus aspiraciones personales y para la empresa (una aspiración por hoja). Luego pídales que las intercambien y que lean en voz alta la pregunta: ¿por qué es importante para tí trabajar en esta empresa?.
Cuando la gente pone en orden sus respuestas a esa sencilla pregunta, sucede algo mágico. He visto los resultados con altos ejecutivos y con conserjes. La gente realmente tiene claridad de que al trabajar aquí, en su compañía, puede lograr sus aspiraciones personales y eso los motiva.
Es cierto que los empleados desean estar motivados en su trabajo y, cuando lo están, trabajan mejor, más arduamente y con más inteligencia. Para obtener esa energía, sólo ayude a sus empleados a ver con más claridad por qué están trabajando para usted. Cuando lo averigüen, se motivarán a sí mismos.
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