Seguro que alguna vez te has planteado si MERECE LA PENA INVERTIR en METALES PRECIOSOS, como el ORO y la PLATA. Contestamos a tu pregunta en el siguiente artículo.
La inversión en metales preciosos, como el oro o la plata, con vistas a salvaguardar la riqueza o a incrementar la misma gracias a una potencial
revalorización, ha sido una constante a lo largo de la Historia económica.
En la actualidad, la amenaza de un nuevo periodo de recesión económica ha alertado a los inversores, que han aumentado sus posiciones en metales preciosos para protegerse de la alta volatilidad existente en los mercados financieros. Así mismo, las caídas del precio de crudo, la desaceleración económica de China y la política económica de la FED pueden ser interpretadas como catalizadores de una posible subida en el precio de cotización de estos metales.
La compra de oro como refugio ante las actuales turbulencias económicas está despegando, y gran parte de los analistas de commodities consideran que la tendencia va a potenciarse a lo largo del presente año. Las grandes caídas que han experimentado los activos de Renta Variable (las acciones) y el desplome del petróleo por debajo de los 30 dólares apoyan dicha opinión.
Los estudios empíricos señalan que en tiempos de inquietud en los mercados financieros, la aversión al riesgo de los potenciales analistas aumenta, por lo que de forma instintiva buscan activos de perfil más conservador, lo que a corto plazo beneficiaría a la cotización de dichos metales preciosos. Sin embargo, la mayoría de los analistas consultados señalan que la tendencia sólo podría mantenerse a largo plazo si nos adentramos en una potente crisis global, tal y como predicen ciertos expertos. En este escenario, la posesión de dicho activo como cobertura ante eventuales desplomes del precio del resto de activos, supondría una medida de contención del riesgo.
Con realizar un breve estudio de la situación internacional actual, podemos encontrar numerosos factores que han impulsado, y que previsiblemente continuarán haciendo, el precio de la onza de oro.
Estos son sólo algunos de los conflictos desestabilizadores que aumentan la preocupación de los inversores y que inducen a la toma de menos activos, con la consiguiente merma de la potencial revalorización de su portfolio de inversiones.
De todos modos, predecir el futuro precio del oro es harto difícil, ya que no pueden utilizarse los modelos que se aplican a la Renta Variable, ni los que se emplean con los activos de Renta Fija. Los metales preciosos no tienen flujos de efectivo susceptibles de ser analizados, por lo que la determinación de su potencial crecimiento posee un alto grado de subjetividad.
Cabe señalar que entre la cotización del oro y la del petróleo existe una correlación negativa, debido a que disminuciones en el precio de los activos energéticos suelen acarrear aumentos en el estrés de los mercados financieros, a la vez que los países productores, que en su mayoría son países emergentes o en vías de desarrollo, deben ajustar a la baja sus presupuestos. Con las expectativas bajistas del precio del crudo, la inversión en oro puede ser una buena herramienta para sortear el actual periodo de dudas y volatilidad.
En cambio, otros analistas consideran que el aumento de posiciones en activos conservadores no es una condición necesaria para conseguir rentabilidades atractivos, sino que hay ciertas alternativas interesantes que conviene estudiar. Estos expertos aseguran que, pese a los actuales incrementos de cotización del oro, su precio caerá a lo largo del presente año, una vez que la volatilidad actual de los activos de Renta Variable disminuya, postura que respaldan los gestores de GVC Gaesco Gestión o Andbank, que consideran que las caídas de los mercados financieros se deben a meros ajustes derivados de la disminución de posiciones por parte de Fondos Soberanos de países productores de petróleo, que ante la caída del mismo, se han visto obligados a ajustar sus carteras. Por otra parte, los Fondos VAR (Value at Risk) también han reducido sus posiciones para adecuarse a la filosofía de los mismos. Por ello, estos gestores afirman que las actuales caídas no responden a un nuevo contexto económico, sino que son pasajeras.
Tras este breve análisis de la situación de la economía actual, si el inversor está decidido a destinar parte de sus ahorros en metales preciosos, como el oro o la plata, debe saber que dispone de cierto elenco de posibilidades con las que hacer realidad su decisión.
En primer lugar, el inversor puede optar por la compra de oro físico, es decir, lingotes o monedas del metal precioso en cuestión, con la particularidad de que, en España, la compraventa de oro de inversión está exenta del Impuesto del Valor Añadido (IVA). En nuestra opinión, la inversión a través de monedas tiene más ventajas que la inversión a través de lingotes:
- Suelen tener un peso inferior, por lo que el inversor puede realizar inversiones más reducidas que si tuviera que adquirir un lingote de 1 kg.
-La posibilidad de revalorización numismática es otro factor ventajoso. Ciertos coleccionistas de moneda bullion están dispuestos a pagar sumas que exceden el valor del metal.
-No es necesario que una entidad conocida respalde el contenido de la moneda ante posibles falsificaciones, como es el caso de los lingotes.
Si el inversor está dispuesto a invertir en oro físico debe ser consciente del spread existente de compraventa, impuesto por los intermediarios, que suele situarse en torno al 5%, por lo que la cotización deberá incrementarse en un 5% para que el inversor recupere la totalidad del capital invertido.
La compra de lingotes o monedas puede llevarse a cabo en joyerías o en tiendas numismáticas, siendo conscientes de que las falsificaciones están a la orden del día, por lo que hay que huir de portales de compraventa, como eBay, donde los estafadores buscan cazar incautos. En este caso, recomendaríamos la compra de Krugerrands sudafricanos, de una onza (unos 31,1 gramos de oro).
Por otra parte, Internet ha posibilitado el crecimiento de plataformas de inversión en las que los inversores compran y venden un oro situado en almacenes situados a lo largo del mundo, que nunca tocarán, con el consiguiente riesgo de que dicho oro no exista. Sin embargo, este sistema también posee ciertas ventajas, como son la rápida compraventa de los activos o los bajos costes asociados.
Más allá de la compra de oro físico, existen otras alternativas a través de las cuales el inversor puede lograr exposición al precio del oro. Esto es algo que tratamos en este artículo.
En la actualidad, la amenaza de un nuevo periodo de recesión económica ha alertado a los inversores, que han aumentado sus posiciones en metales preciosos para protegerse de la alta volatilidad existente en los mercados financieros. Así mismo, las caídas del precio de crudo, la desaceleración económica de China y la política económica de la FED pueden ser interpretadas como catalizadores de una posible subida en el precio de cotización de estos metales.
La compra de oro como refugio ante las actuales turbulencias económicas está despegando, y gran parte de los analistas de commodities consideran que la tendencia va a potenciarse a lo largo del presente año. Las grandes caídas que han experimentado los activos de Renta Variable (las acciones) y el desplome del petróleo por debajo de los 30 dólares apoyan dicha opinión.
Los estudios empíricos señalan que en tiempos de inquietud en los mercados financieros, la aversión al riesgo de los potenciales analistas aumenta, por lo que de forma instintiva buscan activos de perfil más conservador, lo que a corto plazo beneficiaría a la cotización de dichos metales preciosos. Sin embargo, la mayoría de los analistas consultados señalan que la tendencia sólo podría mantenerse a largo plazo si nos adentramos en una potente crisis global, tal y como predicen ciertos expertos. En este escenario, la posesión de dicho activo como cobertura ante eventuales desplomes del precio del resto de activos, supondría una medida de contención del riesgo.
Con realizar un breve estudio de la situación internacional actual, podemos encontrar numerosos factores que han impulsado, y que previsiblemente continuarán haciendo, el precio de la onza de oro.
Factores que propician el aumento del precio del oro
- El auge del terrorismo.
- El incremento de las tensiones entre Irán y Arabia Saudí.
- La amenaza de Corea del Norte de continuar con su programa nuclear.
- El enfrentamiento que tiene lugar en Ucrania.
Estos son sólo algunos de los conflictos desestabilizadores que aumentan la preocupación de los inversores y que inducen a la toma de menos activos, con la consiguiente merma de la potencial revalorización de su portfolio de inversiones.
De todos modos, predecir el futuro precio del oro es harto difícil, ya que no pueden utilizarse los modelos que se aplican a la Renta Variable, ni los que se emplean con los activos de Renta Fija. Los metales preciosos no tienen flujos de efectivo susceptibles de ser analizados, por lo que la determinación de su potencial crecimiento posee un alto grado de subjetividad.
Cabe señalar que entre la cotización del oro y la del petróleo existe una correlación negativa, debido a que disminuciones en el precio de los activos energéticos suelen acarrear aumentos en el estrés de los mercados financieros, a la vez que los países productores, que en su mayoría son países emergentes o en vías de desarrollo, deben ajustar a la baja sus presupuestos. Con las expectativas bajistas del precio del crudo, la inversión en oro puede ser una buena herramienta para sortear el actual periodo de dudas y volatilidad.
En cambio, otros analistas consideran que el aumento de posiciones en activos conservadores no es una condición necesaria para conseguir rentabilidades atractivos, sino que hay ciertas alternativas interesantes que conviene estudiar. Estos expertos aseguran que, pese a los actuales incrementos de cotización del oro, su precio caerá a lo largo del presente año, una vez que la volatilidad actual de los activos de Renta Variable disminuya, postura que respaldan los gestores de GVC Gaesco Gestión o Andbank, que consideran que las caídas de los mercados financieros se deben a meros ajustes derivados de la disminución de posiciones por parte de Fondos Soberanos de países productores de petróleo, que ante la caída del mismo, se han visto obligados a ajustar sus carteras. Por otra parte, los Fondos VAR (Value at Risk) también han reducido sus posiciones para adecuarse a la filosofía de los mismos. Por ello, estos gestores afirman que las actuales caídas no responden a un nuevo contexto económico, sino que son pasajeras.
Tras este breve análisis de la situación de la economía actual, si el inversor está decidido a destinar parte de sus ahorros en metales preciosos, como el oro o la plata, debe saber que dispone de cierto elenco de posibilidades con las que hacer realidad su decisión.
Cómo invertir en metales preciosos
En primer lugar, el inversor puede optar por la compra de oro físico, es decir, lingotes o monedas del metal precioso en cuestión, con la particularidad de que, en España, la compraventa de oro de inversión está exenta del Impuesto del Valor Añadido (IVA). En nuestra opinión, la inversión a través de monedas tiene más ventajas que la inversión a través de lingotes:
- Suelen tener un peso inferior, por lo que el inversor puede realizar inversiones más reducidas que si tuviera que adquirir un lingote de 1 kg.
-La posibilidad de revalorización numismática es otro factor ventajoso. Ciertos coleccionistas de moneda bullion están dispuestos a pagar sumas que exceden el valor del metal.
-No es necesario que una entidad conocida respalde el contenido de la moneda ante posibles falsificaciones, como es el caso de los lingotes.
Si el inversor está dispuesto a invertir en oro físico debe ser consciente del spread existente de compraventa, impuesto por los intermediarios, que suele situarse en torno al 5%, por lo que la cotización deberá incrementarse en un 5% para que el inversor recupere la totalidad del capital invertido.
La compra de lingotes o monedas puede llevarse a cabo en joyerías o en tiendas numismáticas, siendo conscientes de que las falsificaciones están a la orden del día, por lo que hay que huir de portales de compraventa, como eBay, donde los estafadores buscan cazar incautos. En este caso, recomendaríamos la compra de Krugerrands sudafricanos, de una onza (unos 31,1 gramos de oro).
Por otra parte, Internet ha posibilitado el crecimiento de plataformas de inversión en las que los inversores compran y venden un oro situado en almacenes situados a lo largo del mundo, que nunca tocarán, con el consiguiente riesgo de que dicho oro no exista. Sin embargo, este sistema también posee ciertas ventajas, como son la rápida compraventa de los activos o los bajos costes asociados.
Más allá de la compra de oro físico, existen otras alternativas a través de las cuales el inversor puede lograr exposición al precio del oro. Esto es algo que tratamos en este artículo.
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